Intolerancia a la Lactosa – Un viaje gaseoso

Intolerancia a la Lactosa - Un viaje gaseosos - La Lupa Sónica T2E7

2ª Temporada

INTOLERANCIA A LA LACTOSA

Un viaje gaseoso

Muchos adultos no pueden beber leche o, al menos, no pueden beberla sin que se monte una revolución en sus barrigas. Pero, ¿por qué? En este episodio partimos juntas a la aventura para descubrirlo. Acompáñanos por precipicios que quitan el hipo, piscinas de ácido y toboganes interminables. ¿Cómo terminará el viaje?

MATERIAL EXTRA

Intolerancia a la Lactosa - Un viaje gaseosos

Un viaje gasesoso

¿Habéis escuchado ya el episodio?  Menudo viaje loco y delirante que nos hemos marcado. Ni más ni menos que una excursión esposadas por nuestro sistema digestivo. La verdad es que ha sido intenso, pero también divertidísimo. La excusa perfecta para explicar qué ocurre cuando bebemos un vaso de leche. Bueno, mejor dicho, cuando bebes leche pero tienes intolerancia a la lactosa.

Pero un momento, ¿qué es la leche? ¿Y qué narices es eso de la lactosa?

¡Calma, calma! Vayamos por partes…

¿Qué es la leche?

¿Qué es la leche? dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. La leche, querida mía, es un alimento fantástico. Una mezcla de agua, grasa, minerales, calcio, azúcares y proteínas.  Vamos, que tiene de todo.

Y es así de completa porque ese líquido blanco es el único alimento que toman los bebés mamíferos cuando nacen. Lo único que entra en sus estómagos durante los primeros meses de vida. Fijaos si es importante.

Vaso de leche - Intolerancia a la lactosa
Foto de un vaso de leche de an_vision para Unsplash

Luego, cuando esos bebés crecen, empiezan a comer otras cosas y poco a poco se olvidan de la leche. Se vuelven intolerantes a la lactosa. Bueno, al menos eso le ocurre a los bebés de elefantes, ballenas, perros y monos. En realidad, a todos los bebés mamíferos excepto a los humanos. En esto nosotros somos los raros.  Los humanos, o al menos algunos humanos, seguimos tomando leche durante toda la vida.

Y cómo buen lupsónic@ curios@ que eres, seguro que ahora te estás preguntando: ¿Por qué ocurre eso?

Lactosa – El azúcar de la leche

Estuctura lactosa - Intolerancia a la Lactosa - Un viaje gaseosos - La Lupa Sónica T2E7
Esquema de la estructura de la lactosa formada por una galactosa y una glucosa.

La culpa la tiene el azúcar de la leche, la lactosa. En realidad la lactosa no es uno, sino dos azúcares unidos entre sí. Una galactosa y una glucosa que van de la mano.

O como en el episodio, dos azucarillos esposados. GALA y GLU o Xaviera y Maite.

Glu y Gala o Maite y Xaviera
Aquí Xaviera (Gala) y Maite (Glu) están grabando en vivo y en directo el episodio. Lo del viaje divertidísimo era en serio. Nos lo pasamos genial grabándolo. Además fue el primer episodio que hemos grabado todos juntos en el estudio de Carlos.  Seguro que no es el único. 

Lactasa – La llave mágica

El problema con la lactosa es que es muy grande. No es uno sino dos azúcares, y juntos no pueden atravesar las paredes de  nuestro intestino para llegar hasta la sangre. Literalmente no entran por la puerta. Necesitan dividirse en dos para lograrlo. Separarse en glucosa y galactosa. Como decimos en el episodio, hace falta la llave que abre las esposas y libera los dos azucarillos.  Y esta llave es la lactasa.  Sí, un nombre muy original. La enzima que rompe la lactosa en dos se llama lactasa. Fácil, ¿verdad?

Y esta enzima se produce de forma normal en el intestino cuando somos bebés.

 

Esquema aparato digestivo - Intolerancia lactosa
Esquema del sistema  digestivo modificado de vector de Salud creado por brgfx – www.freepik.es

Cuando bebemos leche, la lactosa pasa por el esófago, por el estómago y llega hasta el intestino delgado. Es allí donde se encuentra con la lactasa que la rompe en dos y libera los dos azúcares. 

Ahora, la galactosa y la glucosa por separado sí que pueden atravesar las paredes del intestino y llegar hasta la sangre. 

Pero, ¿qué ocurre si no hay lactasa?

Sin lactasa no hay llave, y sin llave los dos azúcares de la lactosa no pueden separarse. Como no pueden atravesar la pared del intestino y llegar a la sangre siguen recorriendo el intestino delgado y terminan en el intestino grueso.  Y allí es dónde empieza la fiesta.

Intolerancia a la lactosa – Un embrollo en mi intestino

El intestino grueso está lleno de bacterias, de flora intestinal, de microbiota. E imaginaros la alegría de estas bacterias cuando ven aparecer por el intestino todos esos azucarillos extraviados. ¡Un montón de caramelos inesperados! Se ponen literalmente las botas.

Pero a ellas, como a nosotros, no les sienta demasiado bien semejante atracón de azúcar y empiezan a liberar un montón de productos de desechos: gases, ácidos grasos…

Y claro, a nuestro pobre intestino todo esto no le sienta demasiado bien. Se irrita, empieza a llenarse de agua para ver si disuelve todo ese lío, y así empiezan esos síntomas molestos típicos de la intolerancia a la lactosa:

  • Diarrea
  • Náuseas
  • Vómitos (en ocasiones)
  • Cólicos estomacales
  • Hinchazón del estómago
  • Gases

Lo dicho, un lío, un embrollo. O mejor dicho, una pesadilla.

Estomago hinchado como un globo
Un estómago un poco inflado. Parece un globo a punto de reventar.  Quizá tiene intolerancia y no le ha sentado muy bien el vaso de leche. Creado por upklyak – www.freepik.es

Y por todo eso es por lo que hay personas, sobre todo adultos, que son intolerantes a la lactosa. No producen lactasa que separe los azúcares de la leche y estos, en vez de ser absorbidos por el cuerpo, acaban siendo la merienda de  bacterias.

Lo normal es ser intolerante

Y para terminar os dejamos un bombazo. Lo normal si eres adulto es no poder beber leche. Ser intolerante.  Al igual que le ocurre al resto de mamíferos,  la mayoría de los humanos cuando empiezan a cumplir años dejan de poder tomar leche.  Dos de cada tres adultos son intolerantes.

Lo de seguir tomando leche de mayor es uno de esos regalos de la evolución. Pero esto os lo cuenta mucho mejor Maite en el vídeo que os dejamos a continuación:

Fe de erratas

Estimad@s lupasónic@s, a pesar de que hacemos nuestros deberes e intentamos revisarlo siempre todo bien, en este episodio se nos escapó un pequeño gazapo que un oyente muy majo ha tenido la bondad de comentarnos. Al hablar de los gases que producen las bacterias del intestino cuando se encargan ellas de digerir la lactosa, hablamos de helio. Y claro, se trata de un error. Al escribir el episodio nuestro cerebro se distrajo pensando barrigas hinchándose con gas como globos, de ahí pasamos a pensar en globos de helio y ¡zas!, enredadas en nuestra propia metáfora, se nos coló el helio en el texto. El gazapo se camufló muy bien, aprovechándose de que el símbolo del helio es He y la del hidrógeno, casi igual: H. Pero es hidrógeno y no helio el gas excretado por las bacterias del intestino.

Así que os pedimos mil perdones. Nada de helio que nos haga salir volando como globos, aunque sería divertido (o completamente horrible, según se mire). Las bacterias se zampan la lactosa y excretan hidrógeno, dióxido de carbono y metano, entre otros gases.

Gracias de nuevo a los que nos escucháis con los oídos bien atentos. A todos se nos escapa algo, y a nosotras también. En este caso, helio.  Psssss.

– LA CAJA AMARILLA DE LAS REFERENCIAS SESUDAS

Madres, padres, maestros y adultos en general, aquí os dejamos algunas de las referencias que hemos usado para crear el capítulo, por si tenéis curiosidad:

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1 comentario en “Intolerancia a la Lactosa – Un viaje gaseoso”

  1. Hola!!!
    Me llamo Manuel y creo que ya os deje otro comentario.
    Este episodio me ha servido de mucho, pues soy intolerable a la lactosa y la verdad es un episodio que me ha puesto a la corriente de muchas cosas
    Con mis mejores deseos,

    Manuel

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